Cómo evitar caer en préstamos abusivos y cláusulas engañosas

En un momento difícil, pedir un préstamo rápido puede parecer la solución ideal. Pero lo que debe darte tranquilidad es saber que ese crédito no te va a meter en una espiral de deuda

En Alivia Finance conocemos muy bien esta situación porque cada semana acompañamos a personas que aceptaron un crédito pensando que les daría un respiro, pero acabó convirtiéndose en un problema mayor.

Por eso hemos preparado este artículo: para que puedas reconocer cuándo un préstamo es abusivo, identificar las señales de alerta antes de firmar y saber qué hacer si ya has contratado uno.

¿Qué es un préstamo abusivo? ¿Y cuándo una cláusula es engañosa?

Un préstamo abusivo es aquel en el que el coste total, las condiciones o los riesgos que asume la persona están claramente desproporcionados con respecto a lo que sería razonable. Esto ocurre cuando los intereses son excesivos o se imponen términos que no se explican correctamente. 

Ante esto, la jurisprudencia española es clara: si una entidad se aprovecha de la situación del consumidor e impone condiciones injustas, ese préstamo puede considerarse nulo por usura o por falta de transparencia financiera, tal y como recoge la Ley de Represión de la Usura (Ley Azcárate, 1908).

Un ejemplo muy común son los microcréditos o las tarjetas de pago aplazado. Puedes pedir 300 euros como solución rápida, confiado en que lo devolverás sin dificultades, y descubrir que en 90 días la cantidad a pagar se ha duplicado hasta los 600 euros. Si se anualiza ese coste, ¡la TAE puede superar con facilidad el 3.000 %!

Este tipo de productos afecta especialmente a personas que están pasando por momentos de urgencia económica, que terminan atrapadas en una deuda que crece mes a mes porque la mayor parte de lo que pagan se destina únicamente a cubrir intereses.

Señales que te advierten de un préstamo abusivo

TAE extremadamente alta

Si la Tasa Anual Equivalente (TAE) es muy superior a la habitual para ese tipo de crédito, es una señal de alarma clara. 

Imagina que te ofrecen un préstamo de 1.000 € con cuotas “desde 20 €/mes”, pero no te explican cuánto acabarás pagando realmente. Si los intereses son desproporcionados y el coste total se dispara, la operación puede convertirse en una trampa financiera.

Cuotas mínimas que apenas reducen capital

Esto sucede sobre todo con las tarjetas revolving. Pagas todos los meses, pero la deuda prácticamente no baja porque la mayor parte de la cuota se va a intereses. Es una forma encubierta de mantenerte endeudado durante años.

Comisiones ocultas o falta de transparencia financiera

Comisiones de apertura, estudio, amortización anticipada… Muchas veces aparecen después de haber aceptado la oferta. La normativa exige que estas condiciones se expliquen antes de firmar. Si no fue así, hablamos de falta de transparencia financiera, lo cual puede convertir el contrato en reclamable.

Renovaciones automáticas o ampliaciones sin avisar

Los microcréditos rápidos suelen incluir mecanismos de renovación automática. Por ejemplo, pides 200 €, llega la fecha de pago, lo renuevas un mes… y cuando te das cuenta, has acumulado 600 € o más. Si no te explicaron con claridad cómo funciona esa renovación, la situación puede escalar rápidamente.

Exigirte todo el riesgo mediante avales o garantías excesivas

Si el contrato te obliga a asumir todas las consecuencias del impago (o exige garantías desproporcionadas para un importe pequeño), la relación entre lo que recibes y lo que arriesgas está desequilibrada… y eso no es un buen trato para ti.

Si detectas una o más de estas señales, es muy probable que estés ante un préstamo abusivo o con cláusulas engañosas. Y cuanto antes se revise, mejor será la solución.

Cómo actuar antes de firmar: la checklist de Alivia

Antes de aceptar cualquier financiación, tómate un momento para revisar estas cinco ideas clave:

  1. Primero, mira la TAE, no solo el interés que aparece en grande. Puedes consultar las referencias del mercado para ese tipo de préstamo: si está muy por encima de lo habitual, mal asunto.
  2. Segundo, pide toda la información del coste total, no te quedes solo con la cuota mensual. Revisa si hay comisiones, seguros asociados o penalizaciones por retraso.
  3. Tercero, lee la letra pequeña. Puede dar pereza, pero ahí suele estar la verdad sobre lo que pasa si te retrasas un mes, si la deuda se renueva sola o si el importe final crece cada vez más.
  4. Cuarto, haz números reales. Si pides 1.000 euros y pagas 20 al mes, calcula cuántos meses tardarás y cuánto habrás pagado al final. Si pasan los meses y la deuda no baja, es una señal de que algo no está funcionando bien.
  5. Quinto, pregúntate si puedes evitar pedirlo. A veces un pequeño ajuste de gastos, pedir aplazamiento a un proveedor o pedir ayuda puntual a la familia puede evitarte entrar en un préstamo que te va a salir carísimo.

Y si después de revisar todo esto sigues teniendo dudas, no firmes. Mejor parar y pensar que correr y caer en una trampa.

Ya firmé un crédito y veo que algo no va bien… ¿qué puedo hacer?

¡Todavía tienes opciones! Si el contrato tiene intereses usurarios o condiciones que no fueron explicadas adecuadamente, es posible reclamar y conseguir que esas cláusulas se declaren nulas. Cuando eso ocurre, normalmente solo tendrías que devolver el capital prestado, sin intereses abusivos ni comisiones añadidas. En algunos casos, incluso podrías recuperar parte del dinero que ya pagaste.

Eso sí: es importante guardar todo lo que tengas: el contrato, la publicidad que te enseñaron, los recibos, capturas de pantalla… todo es útil para demostrar lo que realmente te ofrecieron.

Y lo ideal es que alguien especializado revise tu caso. Hay muchas situaciones en las que, por desconocimiento, se sigue pagando una deuda que podría dejar de existir legalmente. 

En Alivia Finance contamos con un equipo experto en cancelación de deudas y defensa del consumidor que puede analizar tus contratos, detectar si hay cláusulas abusivas y asesorarte sobre las opciones reales que tienes para frenar la situación. Nuestro objetivo es acompañarte en todo el proceso y ayudarte a recuperar la calma. 

Conclusión: evitar las trampas comienza por estar informado

Caer en préstamos abusivos no es culpa tuya. La falta de información, las prisas y las ofertas aparentemente sencillas hacen que cualquiera pueda verse atrapado en una financiación que no entiende.

Pero ahora ya sabes qué mirar, qué evitar y cómo tomar mejores decisiones. Y, sobre todo, sabes que no tienes por qué enfrentarte a esto solo.